Es un error común pensar que la publicidad es un gasto y no una inversión. En tiempos de crisis esta creencia se traduce en menor o cancelación total de la inversión publicitaria, sin darnos cuenta de que durante una crisis los consumidores aún consumen, y además lo hacen más racionalmente, así que buscan mayor información de los
productos y servicios que necesitan y seguro comprarán sólo aquellos que les ofrezcan dicha información. Por otro lado, una vez pasada la crisis, porque de hecho no hay mal que dure 100 años, los consumidores tienden a quedarse con aquellas marcas que los acompañaron en los peores momentos o que por lo menos se mantuvieron regularmente presentes, mientras que para aquellas marcas que salen del mercado por un tiempo prolongado, es más difícil retomar su antiguo posicionamiento